miércoles, 16 de abril de 2014

Jerez y sus Vinos

             Hoy es el miércoles previo a la Semana Santa. Y porque este año cae en Abril, porque tengo ganas de sol y de oler la mezcla de sal y algas del mar, de echar unas risas y unos bailes... En definitiva, porque tengo ganas de vacaciones y del Sur, hoy voy a hablar de Los Vinos de Jerez.


         Para empezar, cuando se habla de Vinos de Jerez nos referimos a los vinos que pertenecen a las Denominaciones de Origen "Jerez-Xérès-Sherry" y "Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda". El marco vitivinícola de Jerez abarca más municipios a parte de Jerez, pudiéndose realizar la crianza de los vinos tan sólo en las ciudades de Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda (en esta última se elaboran las famosas manzanillas).

          Pero aunque me gusta Cádiz en general, Jerez me apasiona en particular. Ya sea por sus bodegas, el carácter de su gente, su aroma, su alegría o sus caballos. Jerez en una ciudad limpia, cuidada. Y la pasión que sienten hacia sus vinos y sus caballos es contagiosa. 

Vista aérea de Jerez de la Frontera
Escultura homenaje al vino (de las clásicas Bodegas Tío Pepe) con la catedral de fondo
El Alcázar de Jerez. Una maravilla.

             Por cierto, otra de mis pasiones  son los caballos, y qué mejor cultura y tradición ecuestre que la de Jerez. Por lo que recomiendo siempre a cualquier turista o curioso, les gusten o no los caballos, que visiten la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre. Una maravilla donde logran hacer cosas espectaculares con los caballos, tratándolos y cuidándolos siempre con el mayor cariño y respeto posible.



              Pero volviendo al tema de sus vinos, hay que decir que son los vinos más complejos y elaborados que tiene nuestro país. Y por eso me sorprende tanto que sean también de los más desconocidos a nivel nacional (porque a ingleses, escoceses e irlandeses siempre les apasionó este tipo de vino, hasta tal punto que compraron y fundaron muchas de las bodegas que existen en Jerez). 

           Entiendo que no son vinos "fáciles", que hay que educar el paladar. Yo siempre digo que beber un vino de Jerez por primera vez puede resultar como el dicho de la cerveza: la primera vez no gusta mucho. Pero si los vuelves a probar llegan a encantar y enganchar ^_^ Así que animaros!


          Este tipo de vinos, que poseen el Consejo Regulador más antiguo del mundo (desde 1933), se elaboran a partir de las variedades de uva blancas Palomino, Pedro Ximénez y Moscatel, generalmente cultivadas en los característicos suelos blancos de carbonato cálcico y sílices denominados "Albarizas" (proceden de fósiles milenarios del océano). El sistema de crianza empleado es el tradicional de "Criaderas y Solera", en el que se irán mezclando vinos de diferentes niveles de envejecimiento que están contenidos en las "botas" (barricas de roble americano de 500 litros de capacidad).

Sistema de Criaderas y Solera

           Otra de las características de estos vinos es el tipo de crianza que sufren. En el caso de las manzanillas y los finos es una crianza biológica (las levaduras forman en la superficie del vino el famoso "velo de flor" que le aísla del aire evitando oxidaciones, consumiendo alcohol y aportando nutrientes). En el caso de los olorosos la crianza es oxidativa o tradicional; y con los amontillados lo que pasa es que eran finos que se oxidan al perder su velo de flor (por lo que poseen ambos tipos de crianzas). El Palo Cortado es un vino descubierto de forma accidental (mezcla entre oloroso y amontillado)...

Corte de una bota para apreciar el llamado Velo de Flor

              Como no quiero entrar en demasiado tecnicismos, acabaré con el mítico Pedro Ximénez, que es un vino naturalmente dulce (no se le añade nada de azúcar) que se elabora a partir de uvas deshidratadas (así se logra tener una gran concentración de azúcares en la uva).


            Para acabar y poner en marcha los jugos gástricos, hablaré de maridajes. Las malas lenguas dicen que los vinos de Jerez no combinan con nada o casi nada. Yo discrepo. Es más, hay alimentos o salsas que prácticamente sólo casan con este tipo de vinos (alcachofas, espárragos, salsa de soja...). Y los helados, frutas y chocolates (incluso quesos azules) encajan perfectamente con un buen PX.

             Hace poco, por motivo de Sherry Festival celebrado en Madrid entre el 3 y 13 de abril, tuve el placer y la suerte de cenar en el Restaurante Piñera. De la mano del chef Jesús Almagro y de las Bodegas Romate (de la mano de su director técnico Marcelino Piquero) cené un menú largo y estrecho delicioso, maridado con vinos de esta bodega. Entre otros platos me encantó el salmón ahumado en frío con vieiras, manzana verde y yema en salmuera (con Fino Marismeño) y el lomo de corzo marinado con membrillo, lima y helado de garnacha (con Oloroso Don José).

            No hay que tener miedo a combinar o a probar cosas nuevas. estos vinos son de lo mejorcito que tenemos y hay que defenderlos. Mi favorito es el oloroso, pero para gustos... Incluso animo al consumo del famoso "rebujito", que con el calor del verano andaluz entra de maravilla.

Buena Semana Santa  a todos!!!

2 comentarios:

  1. Me gusta la valoración. A mi los vinos dulces no me gustan para beber -en general no me gustan las bebidas alcohólicas dulces-, prefiero una manzanilla o un fino y como aperitivo, pero reconozco y valoro la bondad de estos vinos dulces de Jerez, yo los utilizo mucho para conseguir unos platos exquisitos.

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  2. Cierto, son vinos que aportan muchísimo a los platos. Pero no debemos considerarlos como vinos "de cocina". Se menosprecian (y sobretodo teniendo en cuenta lo que cuesta un buen P.X.). Gracias, Asun!

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