Vins De Garage

                Volviendo al tema de la gran variedad de vinos que existen y de que para gustos hay colores, me gustaría explicar qué se entiende por "vino de garaje" y citar algún ejemplo.

             A mediados de la década de los 90 se comenzaron a elaborar los llamados vinos de garaje en la región de Burdeos, por un grupo de vinicultores innovadores a los que se les denominaba "garajistas". 

Foto aérea de la preciosa ciudad de Burdeos.

           El precursor fue Jean Luc Thunevin, argelino afincado en Burdeos, que junto a otros lo que pretendía era crear una alternativa al vino tradicional de Burdeos, que era muy tánico y requería de mucho tiempo de crianza antes de poderse beber. Se buscaba elaborar un vino de mayor consistencia, escogiendo tan sólo las uvas que tuviesen los taninos más suaves y maduros para privilegiar el sabor aunque el rendimiento obtenido fuese muy bajo. Se miman los detalles al extremo, despalillando los racimos a mano y eligiendo las uvas una a una, obteniendo vinos de una calidad excepcional.

           Los más puristas del sector criticaban a los garajistas por no defender la identidad del terroir de la región ni de las variedades empleadas en la elaboración de los vinos. Pero es que esta gente simplemente quería hacer vinos diferentes, suyos.

        A veces el término "garaje" crea confusión, y hay quienes creen que se refiere a vinos de dudosa procedencia. Pero no es así, ya que muchos de los grandes vinos de garaje pertenecen a Denominaciones de Origen controladas y conocidas. Simplemente este término alude al los lugares en los que se elaboran los vinos, ya que no se requieren grandes y modernas bodegas, ya que lo que prima es la calidad del viñedo (imprescindible tener viñas bien cuidadas, mayores y de calidad). Con un pequeño espacio (limpio y con la maquinaria suficiente) basta.

Garaje algo caótico donde mezclan los depósitos de elaboración con las bicicletas de los niños. (Realmente dudo que hagan vino aquí...)

Es más habitual este tipo de bodega. Pequeña y funcional, con depósitos y barricas juntos.

              Actualmente este tipo de vinos se elaboran también fuera de Francia, algunos los denominan con los términos "super-cuvee" o "microchâteau", y gurús del vino como Robert Parker les otorgan altísimas puntuaciones. En general son vinos muy concentrados, equilibrados, con una finura y elegancia asombrosa. Pero por su rareza, exclusividad o simplemente por moda, suelen tener precios altos. (En algún sitio leí: "son un sueño para el paladar pero una pesadilla para el bolsillo"). Pero ojo, no todos logran llegar a estas calidades (no por hacerlo en sitios pequeños y eligir uva a uva se consigue buen vino), hay que saber hacerlo.

           Ahora hablaré del vino de garaje español más conocido e internacional (hasta ahora): PINGUS

             Esta famosa joya se elabora en la Bodega Dominio de Pingus desde 1995 y pertenece a la D.O. Ribera del Duero. 

             El danés Peter Sisseck quiso crear una bodega artesanal, sencilla pero muy funcional, con tan sólo unas hileras de barricas nuevas, unos depósitos de inox y tinos de madera, y una rudimentaria prensa. Con esto, y gracias a la calidad de las uvas de sus 5 hectáreas de viñas de Tinto Fino (Tempranillo) de más de 80 años, mediante una elaboración artesanal con muy baja producción (tan sólo produce unas 6.000 botellas al año), logra un vino de altísima calidad.

Peter Sisseck en la sala de barricas de Pingus.

              El proceso de elaboración que realiza es, de forma simplificada: despalillado manual, la maceración y fermentación duran 20 días (fermentación natural para obtener el aroma y sabor afrutado característico del vino), fermentación maloláctica en barrica, después se deja el vino 20-23 meses en las barricas sin trasegar, hasta un mes antes del embotellado donde se eliminan las lías para dejar limpio el vino. No se filtra ni clarifica.

Sala de elaboración de Pingus.

          Como anécdota contar que el nombre de "pingus" lo eligió Sisseck porque era el apodo que le pusieron en su infancia. Y que cada botella cuesta entre 700 y 1.500 euros (barato, eh?). Pero una joya que merece la pena probar.

         Y con esto acabo. Ya dedicaré otro post a hablaros de otro vinazo de garage, como es el de mi admirado amigo Jaime Suárez: QUINOLA GARAGE WINE (D.O. Toro).

           A disfrutar del vino!! (Aunque a veces nos sintamos como completos ignorantes).