Digamos lo que digamos hay muchas (muchísimas) cosas que nos influyen a la hora de elegir o comprar cualquier cosa. Nos importan las marcas, los nombres, las etiquetas, quién lo compró (si lo admiro o me cae regular), cuánto cuesta (no cuál es su valor verdadero), la imagen, los materiales... Y podría seguir.
Hoy hablaré de la importancia de los nombres, de los nombres de los vinos.
El momento de poner nombre a un vino lo considero importantísimo. Cierto es que por tradición es habitual poner nombres de apellidos, marquesados, de fincas, de mujeres u hombres importantes para los productores, etc., a los vinos. Y en ese caso todo vale, ya que el verdadero motivo por el cuál se elige el nombre es más por romanticismo que por marketing (a veces son horrendos, suenan mal o no pegan con el vino). Pero para mí lo interesante es el resto de casos: ¿cómo decidirse por un nombre?, ¿qué busco?, ¿a quién quiero llamar la atención?
Decidirse por un nombre es muy complicado porque tiene que sonar bien, tiene que gustar o al menos llamar la atención a un gran abanico de consumidores (o compradores), porque - lo más importante - va a representar al vino que contenga.
Por eso escribo este post, en el que voy a homenajear a varios vinos (y a sus respectivos artífices) con nombres sorprendentes como poco, que pueden gustar u horrorizar a la gente. Cada uno que opine ^_^ Pero muchas veces, tras extraños o mal sonoros nombres se encuentran explicaciones lógicas. Lean y opinen!!!!
1. CACHITO MÍO -->
Este vino de la D.O. Toro me resultó muy curioso la primera vez que lo vi y lo caté.
Su nombre de bolero atrae, pero junto a su etiqueta (algo "burdelesca") da la sensación de que se vende muy bien en bares y salas de espectáculos y con "extras". Es mi opinión.
Pero después lo bebes y realmente es un buen vino. Sorprende su cuerpo y la abundante fruta que tiene (en nariz y boca). Muy curioso.
2. COJÓN DE GATO -->
Con este nombre, cuando lo ves en cualquier carta te llama la atención seguro. Así que objetivo conseguido.
Pero lo que la mayoría no sabe es que "Cojón de Gato" es como se denomina a un tipo de uva autóctona que bodegas como Lamarca Wines están recuperando en la D.O. Somontano.
El coupage con Merlot y Syrah hace que sea un vino con mucha fruta negra, sedoso y fácil de beber. Lo recomiendo.
3. DE PUTA MADRE -->
Verdejo semiseco de Castilla y León, de vendimia tardía, fermentado y criado en barrica. Una mezcla de sensaciones: miel, tostados, frutos secos, especias... Curioso. No es barato...
Desde luego arriesgaron con este nombre. Y se arriesgan a no cumplir las expectativas del consumidor (debidas al nombre), aunque no abundan las quejas.
4. LE VIN DE MERDE -->
El francés Jean Marc Speziale, harto de las críticas hacia los vinos de su región (Langedoc-Rosellón), decidió poner este nombre a sus vinos - se obvia la traducción - como reivindicación de que se pueden hacer grandes vinos allí. Y él lo hizo.
Nota: fijaros en la mosca de la etiqueta (cuida hasta el último detalle, jeje).
5. QUÉ BONITO CACAREABA -->
Nombre curioso para este vinazo blanco riojano de la Bodega Contador, elaborado a base de Garnacha blanca, Malvasía y Viura. Fermentado y criado en barricas de roble francés. Muy elegante, fresco, con mucha personalidad.
A mi me gusta el nombre. No sé porque me trae recuerdos de la infancia. Me parece que incita a ser probado. Es un nombre bonito, original... Quizás no tenga que ver nada con el vino o quizás sí. Quién sabe si no ha hecho a más de uno cacarear de felicidad tras beberlo ^_^ (Ojo, es carillo).
6. SEXY -->
La bodega Fita Preta elige este atrevido nombre para sus vinos portugueses (blanco, rosado y tinto) pertenecientes a la D.O.Alentejo. Quizás pretendan con ello recordarnos el poder relajante del vino, capaz de hacernos sentir más sexys y seguros en situaciones románticas - ojo!! en cantidades moderadas -.
El tema es que no os de corte comprarlos en el supermercado!! jeje (aunque el siguiente vino seguro que gana en vergüenza).
7. FOLLADOR -->
Y termino por hoy con el nombre que más contundente y sonoro es. Follador es un vino prosecco de la región italiana del Veneto, del que no olvidarías el nombre ni aunque quisieras. (Mira, otra de las cosas más importantes a la hora de bautizar un vino, que sea fácil de recordar).
Lo que no saben los que no investigan es que el nombre se debe al apellido familiar (Giovanni Follador inició la saga familiar vitivinícola en 1769).
Y con este, mi último post de agosto. La importancia de tener un buen nombre (gracias mamá por llamarme Rocío!!). Grandes vinos se merecen grandes nombres, al igual que los grandes personajes (véase Cleopatra, Aquiles, Sócrates, Napoleón... nombres con garra)
La próxima vez escribiré desde tierras gallegas ^_^ Emprendo otra de mis etapas enológicas nómadas. Buen fin de vacaciones a todos!!! Y a disfrutar de un septiembre lleno de vendimias y bodegas muy activas. ^_^
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