La verdad es que no dejan de sorprendernos cosas en la vida - a veces buenas, a veces malas - y menos mal porque si no ¡¡qué aburrido!! Y una de las sorpresas de este año ha sido (guste o no) el triunfo indudable de la película "Ocho Apellidos Vascos".
Yo la he visto y me gustó. Es más, me reí como hacía tiempo que no me reía viendo una película en el cine. Está claro que si buscas una película que te haga pensar, super profunda, alternativa, donde destaque la calidad de la imagen/fotografía (y demás temas frikis de audiovisuales que desconozco) te has confundido de sala (se me ocurren muchos directores que podría recomendarte). Pero si lo que buscas es pasar un buen rato, reírte a carcajadas y relajarte, esta es tu peli. Está claro que se ríe de los topicazos andaluces y vascos, pero en mi opinión lo hace con gusto, sin llegar a ese "humor" español tan habitual, recargado, ofensivo, cansino. No falta el respeto a nadie (y a quien le ofenda que se piense por qué puede ser), y me consta que tanto andaluces como vascos se han reído viéndola (amigos míos al menos), y eso dice mucho.
Pero este blog va de vino (en esencia) así que os voy a hablar del txakolí TXOMIN ETXANIZ. Pero antes os pongo el vídeo de una de mis canciones favoritas de grupo ochentero de San Sebastián Duncan Dhu, que os puede servir de banda sonora del post ^_^
Empezaré diciendo que el txakolí es un tipo de vino blanco, joven y de carácter afrutado, con una acidez marcada, generalmente tiene algo de aguja y con un grado alcohólico medio-bajo (9,5-11,5% vol.).
En el caso de "Txomin Etxaniz", es un txakolí perteneciente a la D.O.Getariako Txakolina - existe una denominación de origen diferente de txakolí para cada provincia vasca -. La bodega homónima se encuentra en un paraje idílico (me encanta el País Vasco) en el barrio de Eitzaga del centro de Getaria, rodeada de viñas y con el Cantábrico como telón de fondo. Ellos mismos lo definen como "un txakolí elaborado en un entorno donde los viñedos se funden con el mar". Merece la pena visitar esta bodega, así que anotarla!!!
Este vino se elabora con las variedades autóctonas Hondarrubi Zuri y Hondarrubi Beltza - la peculiaridad es que H. Beltza es una variedad tinta - cultivadas emparradas y sobre suelos con notable pendientes. Ambas variedades se vinifican en blanco, con prensado neumático en atmósfera inerte, fermentación controlada y permaneciendo sobre sus lías hasta que se decide que está perfecto para embotellar.
El txakolí no es un vino que se encuentre habitualmente en la barra o carta de bares y restaurantes - obviando que en el País Vasco sí - pero podemos afirmar que Txomin Etxaniz está haciendo una genial labor de embajador, y desde luego es de los txakolís que más suenan (puede encontrarse en conocidos supermecados de toda España).
El Txakolí Txomin Etxaniz ( 11% vol.) tiene un color amarillo pajizo pálido con ribetes verdosos.
Posee una nariz muy intensa, con mucha fruta - madura - y muy mineral.
Y en boca posee una llamativa acidez - típica de este tipo de vinos - muy bien integrada, con ligeros toques de carbónico que lo hacen fresco y fácil. Es un txakolí largo, persistente.
Cuando voy a un sitio, me gusta hacer y probar cosas típicas de allí. Así que si este verano vais por tierras vascas no se os ocurra iros sin probar varios txakolís (Txomin Etxaniz a parte). De todas formas, estéis donde estéis, es un vino que apetece tomar con unas buenas anchoas, un bonito rico, con pescaditos fritos... Mmmmmm, me están entrando ganas!!! ^_^
Yo la he visto y me gustó. Es más, me reí como hacía tiempo que no me reía viendo una película en el cine. Está claro que si buscas una película que te haga pensar, super profunda, alternativa, donde destaque la calidad de la imagen/fotografía (y demás temas frikis de audiovisuales que desconozco) te has confundido de sala (se me ocurren muchos directores que podría recomendarte). Pero si lo que buscas es pasar un buen rato, reírte a carcajadas y relajarte, esta es tu peli. Está claro que se ríe de los topicazos andaluces y vascos, pero en mi opinión lo hace con gusto, sin llegar a ese "humor" español tan habitual, recargado, ofensivo, cansino. No falta el respeto a nadie (y a quien le ofenda que se piense por qué puede ser), y me consta que tanto andaluces como vascos se han reído viéndola (amigos míos al menos), y eso dice mucho.
Pero este blog va de vino (en esencia) así que os voy a hablar del txakolí TXOMIN ETXANIZ. Pero antes os pongo el vídeo de una de mis canciones favoritas de grupo ochentero de San Sebastián Duncan Dhu, que os puede servir de banda sonora del post ^_^
Empezaré diciendo que el txakolí es un tipo de vino blanco, joven y de carácter afrutado, con una acidez marcada, generalmente tiene algo de aguja y con un grado alcohólico medio-bajo (9,5-11,5% vol.).
En el caso de "Txomin Etxaniz", es un txakolí perteneciente a la D.O.Getariako Txakolina - existe una denominación de origen diferente de txakolí para cada provincia vasca -. La bodega homónima se encuentra en un paraje idílico (me encanta el País Vasco) en el barrio de Eitzaga del centro de Getaria, rodeada de viñas y con el Cantábrico como telón de fondo. Ellos mismos lo definen como "un txakolí elaborado en un entorno donde los viñedos se funden con el mar". Merece la pena visitar esta bodega, así que anotarla!!!
Este vino se elabora con las variedades autóctonas Hondarrubi Zuri y Hondarrubi Beltza - la peculiaridad es que H. Beltza es una variedad tinta - cultivadas emparradas y sobre suelos con notable pendientes. Ambas variedades se vinifican en blanco, con prensado neumático en atmósfera inerte, fermentación controlada y permaneciendo sobre sus lías hasta que se decide que está perfecto para embotellar.
El txakolí no es un vino que se encuentre habitualmente en la barra o carta de bares y restaurantes - obviando que en el País Vasco sí - pero podemos afirmar que Txomin Etxaniz está haciendo una genial labor de embajador, y desde luego es de los txakolís que más suenan (puede encontrarse en conocidos supermecados de toda España).
El Txakolí Txomin Etxaniz ( 11% vol.) tiene un color amarillo pajizo pálido con ribetes verdosos.
Posee una nariz muy intensa, con mucha fruta - madura - y muy mineral.
Y en boca posee una llamativa acidez - típica de este tipo de vinos - muy bien integrada, con ligeros toques de carbónico que lo hacen fresco y fácil. Es un txakolí largo, persistente.
Cuando voy a un sitio, me gusta hacer y probar cosas típicas de allí. Así que si este verano vais por tierras vascas no se os ocurra iros sin probar varios txakolís (Txomin Etxaniz a parte). De todas formas, estéis donde estéis, es un vino que apetece tomar con unas buenas anchoas, un bonito rico, con pescaditos fritos... Mmmmmm, me están entrando ganas!!! ^_^
Lo he probado y me ha encantado. Gracias! ;)
ResponderEliminarMe alegro que te gustara, Arturo!! ^_^
ResponderEliminarY gracias a ti por leerme!!