El Bierzo que me cautivó

                 Un año empieza, y otro acaba. Tanto si fue bien como mal, de todo debe sacarse algo positivo. Y hoy quiero hablar de unos vinos y de una bodega que descubrí a finales del año pasado (y que están en mi lista de cosas buenas del 2014).

               Este año estuve trabajando un tiempo en Galicia - para ser exactos en un pueblecito de Orense -, y un día un amigo me llevó a Ponferrada (está en León pero a media hora de donde vivía) porque tenía que hacer varias gestiones, y me descubrió un restaurante genial: El leñador. Recomiendo a todo aquel que pase por la zona que no se vaya sin ir a comer allí. En El Leñador mezclan la cocina tradicional del Bierzo con la cocina moderna, siempre predominando la calidad y el mimo.

   

            Recuerdo que aquel  día coincidía que se celebraba la XXX Edicion de las Jornadas Gastronómicas del Bierzo, con un delicioso y amplio menú que promocionaba la gastronomía y los productos del Bierzo. Para haceros salivar un poco diré que comí un riquísimo salteado de setas de temporada con bacon y huevo escalfado, seguido de una brocheta de venado con base de manzana reineta y reducción de mencía con cerezas. Esta vez me salté el postre por falta de espacio, pero me quedé con ganas de probar las castañas bercianas sobre crema caramelizada de limón. Rico rico.

                 Pero lo que me sorprendió fue descubrir un vino: Las Tres Filas. Fue recomendación de la casa y desde luego acertaron. Es un vino de Bodegas y Viñedos Merayo, una bodega del Bierzo en la que saben cómo cuidar y trabajar la Mencía. 

                         

          Este vino simplemente me encantó. Un 100% mencía con 6 meses de crianza en barricas de roble francés y americano. Me gustó por su suavidad, por la expresividad y potencia de su fruta. Un vino realmente fácil de beber, en el que se demuestra que saben trabajar muy bien la viña y también la madera. Equilibrado, fresco... Probadlo y opinad.

                Descubrir este vino me llevó a indagar más sobre la bodega y sus otros vinos. Me informé acerca de la historia de la bodega (el esfuerzo de Pedro Merayo por recuperar la tradición vitivinícola familiar, ayudado por el enólogo Fermín Rodríguez), y pude probar todos sus vinos.

            Un delicioso godello con 3 meses de crianza sobre lías (delicioso, aunque me siguen cautivando más los de mi querido Valdeorras ), un rosado de mencía goloso y fresco, un tinto joven pero con barrica potente y goloso... Las Tres Filas, y la joyita de la bodega, Aquiana.

                         

           Aquiana me descubrió muchas cosas. Entre ellas, mi atracción por la mencía, por la forma actual de elaborar en el Bierzo.

          Tras pasar la fermentación maloláctica en barrica y con 12 meses de crianza en barricas francesas, resulta un vinazo elegante, complejo, redondo. Suave como la seda, con una madera muy bien trabajada (los taninos están super bien pulidos, dulces...). Frutal, mineral, persistente. Otra compra obligada!!! Este vino es una apuesta segura a la hora de llevar vino a una cena, para regalar, o simplemente para bebértelo y disfrutarlo. Y económico!! (Cuesta 14,5 euros en la tienda on-line de mis amigos de Vinocora).

               Hay muchos vinos, muchas bodegas, mucha gente interesante, buena y grande, en este mundo del vino. Lo que nos falta es tiempo para conocerlo todo... Por esto mi propósito de año nuevo (Felíz 2015, que no lo dije aún) es intentarlo. Viajar, beber, aprender y comunicar. Espero que sigáis ahí conmigo.