El Enofestival aúna la música alternativa con la cultura del vino y este año cumple su tercera entrega. Lo organiza/coordina la empresa de Ciudad Real Enopasión (se dedican a organizar eventos relacionados con la industria agroalimentaria, especialmente vinícolas). Con este festival tan especial se intenta acercar el mundo del vino a todo el mundo.
La primera vez que se hizo (en 2012) entre los artistas que se animaron a colaborar se encontraban Christina Rosenvinge (soy fan, y creo que me gusta desde que formaba parte del grupo ochentero "Alex y Christina"), Nacho Vegas, The Right Ons y The New Raemon entre otros. Gran forma de inaugurar este festival. Y funcionó. Tanto funcionó que al año siguiente el cartel lo componían grupos como Hidrogenesse, McEnroe, Luis Ramiro o Alondra Bentley.
Esta mañana he tenido la oportunidad de asistir al acto de presentación del Enofestival 2014 en el maravilloso Palacio de Longoria (actual sede de la SGAE).
Durante los primeros 45 minutos hablaron los representantes de la empresa organizadora Enopasión (Cristina), de la D.O. Ribeiro (Miguel Ángel Viso, presidente del Consejo Regulador), de The Winemakers (Juancho), de Freixenet (Belén) y de Osborne (Carolina Cerrato). Se dieron diferentes opiniones sobre cómo hacer que la gente "joven" beba más vino, de las dificultades de encontrar bares y discotecas donde sirvan vino por la noche (no siempre apetece ir de "copas" y la alternativa que hay siempre es la misma, la cerveza, que en mi caso no me apasiona demasiado) y de cómo normalizar o hacer menos críptico el beber o degustar un vino para que más gente se "atreva" con él.
La verdad es que resultó interesante, aunque yo hubiera sacado a relucir también que en muchas salas de conciertos no ofrecen vino porque la Ley no les deja que haya cristal en la sala fuera de las barras (tanto cervezas, refrescos o copas las sirven en vasos de plástico) y el vino si no es en copa aún no está bien visto (no sabe igual). Recuerdo un concierto del Señor Chinarro (y teloneros The Secret Society) en la sala Joy Eslava (mi favorita para conciertos íntimos y preciosa) al que fui con mi hermana, en el que pedí vino y el camarero (un señor mayor super majete) me hizo en "favor" de darme una copa de cristal. Creo que era la única bebiendo vino y la única con cristal.
Y volviendo al tema, después de la "charla" pudimos escuchar en acústico un par de canciones del grupo barcelonés El Último Vecino, uno de los que podremos escuchar en el Enofestival 2014. Curiosos (estética sacada de "Cuéntame"), no los conocía pero me gustaron.
Cuando terminaron nos ofrecieron un cóctel en los jardines del palacio (tuvimos suerte y nos hizo un día fabulosamente soleado) donde pudimos charlar sobre vinos, cócteles y música, e incluso hacer contactos o reencontrarnos con amigos.
Aquí muestro los vinos que nos dieron a degustar (el brandy Solaz como cócteles elaborados por el genio de Miki).
Me llamaron especialmente la atención los espumosos de Peñascal (rosado y blanco), que supongo han sacado para competir frente al famoso lambrusco italiano (ya hablaré de este "vino", que el tema da para un post enterito...) o al 5.5 de Illera. Aunque no soy muy de este tipo de vinos.
Fue una mañana muy interesante y entretenida (con mucho mucho sol... para cargar pilas!!). Y desde luego yo tengo claro que VOY A IR al Enofestival 2014, ¿os animáis?. Es el 26 de abril, de 13 a 01 horas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Es un buen plan para un sábado: vinos, música y buena gente ^_^
(Para motivaros más, participarán bodegas de la D.O. Ribeiro, D.O. Navarra, Freixenet, Osborne (con Solaz y Magno), la bodega Vega Rioja y Campo Viejo).
Muy bien Enofestival de este año. Estuve ahi y la gente estuvo muy simpática.
ResponderEliminarAlgunos vinos exquisitos. La buena música anima a beber vino y la buen vino anima a bailarlal
J.
Mr. J., yo también estuve este año, y he de decir que si vas como crítico o profesional de la música o del vino seguro que sales decepcionado (no se si por culpa de los técnicos o de la acústica de la sala pero no se oía bien a los grupos; y las catas eran una locura de desorganización). Pero si vas con mente abierta a pasar un buen rato, fijo que disfrutas. El ambiente era muy bueno, muy sano. Había vinos ricos y música curiosa. Pero eché de menos las copas de cristal...
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